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¿Puede la ocupación y la autogestión de empresas constituir una solución viable en Europa, no sólo para el creciente desempleo y pobreza, sino también para la verdadera explotación y alienación que caracterizan el modo de producción capitalista?
febrero 2014
Fralib es una fábrica de procesamiento y empaquetado de hierbas para infusiones situada a unos 20 kilómetros de la ciudad de Marsella, al sur de Francia. El antiguo dueño de la fábrica, la enorme transnacional de químicos y alimentos Unilever, decidió hace 3 años trasladar al extranjero la producción del té Lipton con el fin de ahorrar costos. Con intensas protestas y campañas de boicot, los 80 trabajadores demandaron que la fábrica permanezca abierta, y cuando vieron que esto no era possible, decidieron tomar la producción en sus propias manos.
Recientemente los trabajadores han reactivado las máquinas de la gran fábrica para producir un lote de té de tila basado en la producción local, y actualmente están buscando maneras de recomenzar la producción a plena capacidad. Fralib es solo una de un puñado de fábricas europeas que, teniendo o no un discurso transformador o radical, han avanzado hacia la autogestión de la producción por los trabajadores.
La ocupación de empresas por trabajadores y su autogestión democrática a través de la toma horizontal de decisiones es una práctica que tiene siglos de historia. Sin embargo, ha resurgido recientemente como fenómeno – especialmente en Argentina en torno al cambio de siglo, país que actualmente cuenta con alrededor de 300 empresas recuperadas, empleando a más de 15 mil trabajadores.
¿Puede también este modelo constituir una solución viable en Europa, no sólo para el creciente desempleo y pobreza, sino también para la verdadera explotación y alienación que caracterizan el modo capitalista de producción? Ésta fue la pregunta principal que el primer encuentro europeo de “La Economía de los Trabajadores”, que tuvo lugar el 31 de enero y 1 de febrero en la fábrica ocupada Fralib, intentó contestar. La idea detrás de estos encuentros independientes y autofinanciados nació hace 7 años en Argentina, con su tradición de dos décadas de ocupación de fábricas. Mas tarde, eventos similares se realizaron en Brasil y en México.