El referéndum de agua de Tesalónica fue un momento de empoderamiento colectivo, donde se ha recuperado un poco de la dignidad arrebatada por 4 años de austeridad y despojo.
Según un viejo
lema, “Si las elecciones pudieran cambiar las cosas, serían ilegales”. Pues parece que el referéndum sobre la privatización del agua organizado el 18 de
mayo por los ciudadanos de Tesalónica, en el norte de Grecia, sí que puede cambiar
las cosas, ya que el gobierno griego lo declaró ilegal el día anterior y
amenazó con detener los 2000 voluntarios que instalaron urnas en el exterior de
los 192 colegios electorales, al mismo tiempo que las elecciones municipales, por
“obstrucción del proceso electoral”.
En Grecia, como
en muchos otros países anteriormente, el capitalismo del desastre ha utilizado
la crisis de la deuda soberana como excusa para impulsar una agresiva campaña de
saqueo neoliberal: Ataque a los derechos laborales, sociales, y políticos de la
población, desmantelamiento del sistema de salud y educación, despojo masivo a
través de mega-proyectos mineros, y privatización de todo lo que constituye
la riqueza pública. Como parte de los términos del "memorándum" oneroso
impuesto por el FMI, en 2011 el gobierno anunció sus planes de privatizar EYATH,
la empresa estatal que proporciona servicios de agua y saneamiento al 1,2 millón
de habitantes de Tesalónica. Suez, la trasnacional francesa del sector del agua,
y Mekorot de Israel fueron muy rápidas en expresar su interés en EYATH y han
avanzado ya a la segunda fase de la licitación pública. El precio de venta de
EYATH se calcula alrededor de €100 millones, una suma escandalosa tomando en
cuenta que la empresa tiene beneficios de €20 millones al año, y dispone ya de
un capital de alrededor de €50 millones, que el comprador heredará.
A pesar del
chantaje y la propaganda, los ciudadanos de Tesalónica y sus organizaciones
llevan años oponiéndose a los planes del gobierno de vender la empresa. Han
conseguido poner el tema en la agenda pública y proporcionar pruebas concretas
sobre como la privatización de los servicios de agua en todo el mundo ha conducido
invariablemente a aumentos en las tarifas, deterioro de la infraestructura, disminución
de la calidad del agua, y exclusión de grandes sectores de la población del
acceso a este bien común vital. Los trabajadores de la empresa apelaron al Consejo
de Estado (el tribunal administrativo supremo de Grecia) sobre la
constitucionalidad de la privatización, y mientras hay una decisión pendiente, el
proceso de privatización está parado.
En este contexto,
los numerosos colectivos e instituciones que defienden el agua como bien común
y derecho humano, con el apoyo moral y
material de los 11 consejos municipales de la zona, trabajaron codo a codo para
llevar a cabo un plebiscito informal con la pregunta: “¿Está a favor de la
privatización de la empresa de agua y saneamiento? ¿Sí o No?”, y así
intensificar la presión política contra la privatización de EYATH.